El detestaba las velas. Decía que la flama de éstas le recoerdaba su alma, al recordar su alma recordaba su infancia, al recordar su infancia recordaba a su madre, su madre le recordaba la muerte, la muerte le recordaba la guerra, al recordar la guerra recordaba el llanto, el llanto le provocaba lágrimas y al sentir las lágrimas saladas recorrer sus mejillas él recordaba que estaba vivo.
Él ya no quería vivir en soledad.
2 comentarios:
aveces esas lagrimas saladas saben tan buenas.
me recordó muchas cosas todo. gracias.
Publicar un comentario