lunes, 28 de febrero de 2011

Lunes en la cama*



¿Qué hay detrás del espejo, o de nuestro propio reflejo? 


Said se levantó esa mañana húmeda y cálida, se lavó los dientes, se desnudó y se dió un baño con agua fría. Físicamente se sentía bien, pero algo le inquietaba y aunque lo ignoraba, el lo sabía perfectamente.

Al salir del baño y aun desnudo se miró al espejo de junto su cama. Su mirada permanecía fría como días antes se presentaba, pero él siguió sin darle importancia, sin embargo los recuerdos le produjeron nauseas y después de vomitar volvió al espejo para mirarse, pero ahora de más cerca.
Se miraba de arriba abajo, inspeccionaba cada centímetro de su cuerpo y lo notaba perfecto, pero el dolor seguía y ahora le importaba. De repente sintió el aroma fresco de la chica en su closet y esto le desesperó al grado de tener que vomitar de nuevo. Por un momento se retractó de lo hecho, pero ni siquiera eso le proporcionó  el bienestar que ahora deseaba…


Hacía ya tres meses que espiaba a la chica, le proporcionaba placer al mirarla y sonreírle, pero le provocaba aun más el hecho de que ella le correspondiera y se le insinuara. Pero ese placer cada vez fue más adictivo y ahora no le satisfacía como antes. Charlaron un par de veces pero necesitaba más.

Una noche antes de todo esto, la vio llegar del bar en el que trabajaba como camarera, le sonrió desde su balcón y se dijeron un par de cosas finalizando con una invitación a pasar por un trago, ella aceptó.  Al momento de entrar la amordazó, la golpeó y la violó. Después de eso la drogó para no escuchar sus sollozos  pero fue en vano, así que termino matándola.
Fue el momento más placentero que se hubiese planteado, pero pronto ese placer se tornó en remordimiento, así que optó por esconder el cuerpo sutil de la chica en su closet.



Said pudo dormir  pero el recuerdo lo despertó inquietado y al ver su imagen en el espejo, viò el reflejo de aquel niño asustado al que su padre había violado hace 21 años y de momento supo que ese asco y ese dolor era provocado por la semejanza que había entre él y su padre.


viernes, 25 de febrero de 2011

lunes, 21 de febrero de 2011

viernes, 18 de febrero de 2011

Recuerdos Desvanecidos, Mente Olvidada por tiempo y enfermedad-

Para Emma:

Eras la chica mas cuerda de la colonia, casi nunca salías de casa y siempre llevabas tu paragüas contigo así lloviera, nevara o rayara de calor. Algunas veces tuve la oportunidad de cruzar palabras contigo y de verdad me agradabas, pero eso fue después de todo aquello.

Decían que eras parte de un grupo o secta de tipo “secreta” y por eso no se te veía tanto en las calles barriendo y chismeando como todas las demás viejas de mi cuadra, otros decían que eras lesbiana y por vergüenza de algunas aventurillas no te atrevías a salir, decían también que eras demasiado heterosexual y nunca dormía ni comías en casa por estar en restaurantes caros y hoteles baratos.. Eran muchas las cosas que uno escuchaba sobre Emma, pero a mí me daba igual, ni siquiera sabía en qué departamento vivías. Nunca me importó... hasta que te conocí.

Esa tarde estaba lloviendo y cuando llegue a casa empapado, caminando desde de algún lugar, me di cuenta de que había olvidado las llaves de mi departamento. Sentí rabia, me sentí estúpido (mi carácter solía ser muy impulsivo), no quería regresar a casa de mi madre por el duplicado pues acababa de tener un pleito con ella y además, estaba lloviendo tan fuerte que sentía que el tejaban se me venía encima. Pasaron casi dos horas y lo peor era que seguía lloviendo y yo afuera sentado como estúpido en una gradilla fuera de la casa, maldiciendo todo lo que me pasara por la mente y justo cuando maldecía a los vecinos, tú! Emma, saliste de tu casa con una manta gritándome para que fuera contigo a pasar el resto de la tormenta. Por un momento también a ti te maldije, pues me dije; cómo diablos me vino a llamar después de dos horas para ir a calentarme a su casa!?  De todas formas fui.

Entré con más curiosidad que miedo, pero entré. El lugar se veía tan desolado, olía a tierra seca, tú te sentaste junto a mí.. Era la primera vez que nos veíamos tan cerca. Eras realmente hermosa y lo sigues siendo, y pero en ese tiempo nunca lo había notado.

Me ofreciste café entonces y yo lo acepté, y a pesar de que mi psiquiatra me había recomendado no estar cerca de mujeres por mi expediente médico, ahí estaba observando tus hermosas piernas y lo que había debajo de esa blusa de seda semi-transparente. No podía evitarlo. Sentí una emoción que me recorrió todo el cuerpo, entonces te miré a los ojos y sin parpadear te agradecí por la hospitalidad, tú me respondiste; “no hace falta que agradezcas, lo hago con mucho gusto. Cada mañana te veo pasar por mi ventana pero  nunca me había atrevido siquiera a saludarte.. creo que ofrecerte ropa seca y café es lo mínimo que puedo hacer”. Me sonrojé y al ver mi reacción provoqué lo mismo en ti.

Pasamos toda la noche hablando y mirándonos, hasta que terminamos por besarnos y te hice mía. Tiempo después fuiste mi esposa pero nunca tuvimos hijos, ninguno de los dos soportábamos a los niños.

Ahora no recuerdas nada, ni las miradas, ni las caricias, ni las palabras, ni esa noche lluviosa, ni quiénes somos.. Y cada día empeora más tu condición, así que, si aun recuerdas leer, quizás esto ayude en poco o en nada..










Dicen que el tiempo lo cura y olvida todo, pero hay cosas o enfermedades que aceleran este proceso tan natural, pero al ser así, debe ser frustrante levantarte cada mañana sin saber dónde y con quién estas, pero lo es aun mas el hecho de que esa persona no recuerde ni siquera tu nombre.




sábado, 12 de febrero de 2011

miércoles, 9 de febrero de 2011

Bam Bam Bam.

Anti dogmático y contraIndicado* el olor de el fuego y las cenizas es inevitablemente sarcástico pues hace anticipar y recordar tantas cosas..


Hoy por la mañana levanté la mirada y había estrellas, se veían tan pacientes.. como esperando a que alguien las mirara y se dijera lo hermosas que son. Había estrellas, mas no luna.
Observarlas me recuerda lo insignificantes que somos y podemos ser, pero cuando detengo la mirada y vuelvo a mi alrededor me doy cuenta de que todo vale la pena, pues de no ser así no tendría propósito la existencia. Esa existencia en ocasiones tan complicada es lo que le da sentido a todo, con ese toque sìnico, aburrido, monótono, abrumador, impresionante, excitante, alegre, energizante.