domingo, 6 de mayo de 2012

Crónicas de una vida Surrealista (parte VIII)

Todo se veía tan normal.. 

Las mariposas siempre me han agradado. Esa mañana el transporte se encontraba vacío, unas cuantas personas y yo. Tu sabes que ese tramo es mi parte favorita del camino; rodeada de árboles, hojas secas inundando el asfalto que con la luz del sol resplandece un dorado maravilloso y por supuesto esa casita de troncos tan curiosa. Es como si por cada vez que pasara por ahí, por un instante mis sentidos se paralizaran y volvieran a la normalidad en una fracción de tiempo inconsistente, siempre he imaginado mi muerte en un lugar así. Pero esta vez había algo extraño, pues nunca había visto tantas mariposas juntas en ese tramo de la carretera, ademas una bicicleta tirada, un canasto del otro lado y un cuerpo que yacía de bruces.

Jamás imaginé que de verdad presenciara una muerte justo en ese lugar.